A cuatro años del 'Pica Power' dorado y 16 del 'Grito de Atenas'

por: Eddie Rivera Suárez para el periódico El Calce

                                                                 2 de septiembre de 2020


¿Recuerdas dónde estabas y qué hacías? Esta semana recordamos dos sucesos que marcaron la historia del deporte puertorriqueño en tiempos recientes. Son fechas y momentos que están frescas en la memoria colectiva boricua, que con el mínimo esfuerzo mental, nos podemos transportar y contar con cada detalle lo sucedido ese día. 

¿En dónde estábamos? ¿Quién nos acompañaba en ese momento? ¿Estabas en la placita de Santurce o en Maya?

El Pica Power dorado

Comencemos con una fecha que no pasa desapercibida, 13 de agosto de 2016. Ya son cuatro años que la Pica Power escaló lo más alto del podio, así como si hubiese trepado el Pico da Neblina, y puso a sonar la Borinqueña en Río 2016. Para esas Olimpiadas, el foco de atención de nuestra delegación recaía más en los luchadores Jaime Espinal—abanderado de la delegación—y Franklin Gómez, el vallista Javier Culson y el gimnasta Tommy Ramos. Vamos, todos con grandes méritos y con unas expectativas creadas por su historial deportivo. 

Pero Mónica Puig pasó por debajo del radar….

La calidad del torneo era mundialista pues es común ver a lxs mejores tenistas participar en Olimpiadas. Atletas como Serena y Venus Williams, la polaca Agnieszka Radwanska, el serbio Novak Jokovic, Rafael Nadal y Juan Martín Del Potro, solo por mencionar algunos, se dieron la vueltita por el Centro Olímpico de Tenis, en Río de Janeiro.

Comenzó el torneo y la Pica Power se dejó sentir rápido. La ansiedad en uno crecía a medida que ella avanzaba en los brackets—como si uno estuviese jugando por ella. Y con toda honestidad, cuando llegó a las semifinales para enfrentar a la checoslovaca Petra Kvitová, ahí me dije “jum, esto está difícil”. Y sí lo fue pues tuvo que dominarla en 3 parciales. ¡Pero ganó! ¡Qué venga la próxima! Esa próxima fue la alemana Angelique Kerber, una zurda ranqueada número 2 en el mundo en ese momento… ¡F@$k! 


Ese día decido quedarme en casa. El calor me obligó a abastecer mi nevera de mis propias preseas doradas—vamos, Mónica no es la única medallista. Arrancó el juego y Mónica picó ‘alante’ en ese primer set. ¡Empezamos bien!, decía yo.  Se veía concentrada y moviéndose bien por toda la cancha. Ah, y los fanáticos dejándose sentir cómo si se estuviese jugando en las canchas de la ‘Iupi’. Pero en el segundo parcial, Kerber no se quitó, y logró imponer su juego con un servicio servicio muy efectivo, para ganarlo.

¡Ahora fue! Llegó el momento de la presión, pero de la buena.

Mónica entró decidida en ese tercer parcial. Sabía que este era su momento y lo tenía que aprovechar. Tiró todo en la cancha y no se dejó. Llega esa última jugada, donde Puig sirve, Kerber responde con un tiro incómodo hacia el lado izquierdo y profundo de la cancha, Mónica hace un slide y le llega. Después de 2 devoluciones adicionales, Angelique termina botando la bola.  La puertorriqueña suelta la raqueta, levanta las manos y las emociones se apoderan de ella. Con una cara de incredulidad y aguantando las lágrimas, saluda a su contrincante y al árbitro. Luego de ese extenso protocolo—nah, no duró tanto—Mónica deja fluir sus sentimientos. De rodillas en el suelo, llora, reconociendo la histórica gesta que logró—por si acaso, no estoy llorando mientras escribo—al convertirse en la primera mujer en ganar un metal por Puerto Rico, además de ganar la primera medalla de oro para nuestro país en unos Juegos Olímpicos (lean bien por favor, no quiero que traigan a Gigi a la conversación). Río estaba a sus pies. La celebración en las calles de PR fue apoteósica. Las redes sociales se querían caer—bueno, eso me cuentan porque para esa fecha me negaba a entrar en ese mundo. Fue una gesta única.

 Río estaba a sus pies. La celebración en las calles de PR fue apoteósica. Las redes sociales se querían caer—bueno, eso me cuentan porque para esa fecha me negaba a entrar en ese mundo. Fue una gesta única. 

II. El grito de Atenas

Otra fecha imposible de olvidar es la del 15 de agosto de 2004, cuando hace 16 años los 12 magníficos hicieron noticia a nivel mundial y derrotaron al imperio, perdón, al Dream Team de los Estados Unidos. Recuerdo estar viendo el juego esa mañana en casa de mi compadre. Lo único que salía de la TV eran reportajes del equipo estadounidense, con entrevistas a los jóvenes Lebron James, Carmelo Anthony y Dwayne Wade.

¿Qué se siente jugar juntos? ¿Cuáles son las expcetativas de este torneo? ¿Se sienten listos para cargar la NBA? ¿Duermen juntos o separados? ¿Se comen el arroz con salchicha solo o tienen que añadir unas chuletas fritas por el lao’? eran preguntas que asumo les hacían—eso sí que no lo recuerdo. Definitivamente que los puertorriqueños entraron a la cancha sin ninguna presión. Además, todavía teníamos al ‘Picu’, ¿quién contra nosotros?

 

Empezó el juego y Larry Ayuso destapa el aro con un bombazo, para luego colocar sus brazos en forma de ‘X’ sobre su frente. Un confiado Arroyo se dejó sentir rápido. Inició con un juego alegre y efectivo, pasaba por entremedio de la defensa, hacía ‘fakes’ que los ‘enebeas’ se los comían, el tiro de media y larga distancia entrando, en fin, estaba caliente, dejando claro que por ese día, él sería el poder autoritario en la ciudad de los orígenes democráticos. Los 12 magníficos tenían a los dioses del ‘basket-bol’ a su lado. 

Les soy honesto, todo esto pasaba y PR ganaba esos primeros 2 cuartos, mientras veía el juego con cierto grado de escepticismo. No me atrevía a decir mucho, buscando no salar al equipo. “Ya mismo calientan los norteamericanos” decía. ¡Qué va! El ‘jogo bonito’ de los magníficos prevaleció, con cada uno de los jugadores boricuas asumiendo su rol, mientras la ansiedad crecía en Larry Brown, caminando de un lado a otro del banco y pidiendo auxilio ante tal “humillación”. Recibieron una histórica tunda, con Carlos Arroyo enseñándole al mundo el nombre que llevaba en el pecho, un gesto que nace del momento. Y para rematar, ver a un Eddie Casiano ya terminando el partido, meter un canastazo cerca de la mitad de cancha, tu sabes, pa’ eso de que no haya duda de la gesta. 


Hoy reconocemos estos históricos momentos. Son fechas que servirán de referencia y motivación para las próximas generaciones. Que más allá de la suerte, una preparación física y mental es clave para poder crecer como atletas y seres humanos, y alcanzar logros que para muchos suenan imposibles. ¿Qué recuerdas de estos días? ¿Hay alguna otra fecha o momento deportivo histórico que te traen buenos recuerdos? Compártela con nosotros y celebremos nuestra historia deportiva. 


Nota del editor: El autor es maestro de educación física, entusiasta del deporte, preparador físico y aficionado de la historia deportiva. Hace dos años fundó el concepto multimedios Comunidad 21, dedicado a la historia del deporte.